34. Una administración diferente
El empresario de 70 años y con un gran prestigio en la comunidad empresarial, requería de una estructura para darle continuidad a sus negocios. Pero no estaba convencido aún de establecer, en vida, diversas estructuras corporativas que se le habían propuesto, tales como: empresa tenedora de acciones, fideicomisos y usufructos para el control de acciones de sus negocios, incluyendo propiedades. Comentaba que posiblemente las utilizará, pero sólo hasta el momento de su muerte.
Algunos de sus hijos trabajan en sus empresas y le tienen mucho respeto y hasta miedo y tienen que solicitar cita previa con la secretaria para entrevistarse con su padre; no tienen el derecho de picaporte en la oficina.
Cabe mencionar que el empresario cuenta con un Director General con capacidad probada en los negocios y es su hombre de confianza.
El proceso de regularizar sus inmuebles y ratificar o regularizar su tenencia en los negocios en donde participa como accionista ha concluido y ahora, sí desea contar con mecanismos administrativos que le aseguren la conservación y
crecimiento patrimonial para las generaciones actuales y venideras.
Después de muchas propuestas que se le presentaron, decidió establecer una empresa prestadora de servicios, cuyos accionistas eran todos sus hijos en partes iguales. Decidió nombrarse Administrador Único con todos los poderes. Lo que en el fondo deseaba era una empresa en donde participaran todos sus hijos, pero era una empresa sin activos (no tenía acciones ni inmuebles), sólo dinero y aportaba recursos para inversiones y gastos de la operación. El nombre de la empresa de servicios era muy particular y se identificaba con su persona y alguna vez comentó a sus hijos que fue producto de un sueño que quiso convertir en realidad.
Nombró un Consejo Consultivo integrado por consejeros externos de renombre y experiencia que sirviera de soporte y consejo para sus decisiones, evaluara los resultados de las empresas, revisará el rumbo y las estrategias de las mismas y dosificara los recursos de los negocios actuales y futuros.
Apoyado con su Director General y contando con una estructura de organización, logró sus objetivos y cuando alguno de sus hijos le mostraba un plan de negocios para la compra de una nueva empresa o inversión en inmuebles, tenía que pasar por el tamiz del Consejo Consultivo que había formado.
Su plan de reparto patrimonial a sus descendientes quedó plasmado en su testamento, utilizando legados para sus inmuebles y un fideicomiso para la administración de sus acciones de los negocios.
Resumen
Algunos empresarios logran cambiar en vida la estructura legal corporativa de su empresa para implementar mecanismos administrativos que den continuidad, conservación y crecimiento a sus negocios.
Profesionalizan la administración, con un Director General profesional externo con capacidad probada en los negocios y la creación de un Consejo Consultivo integrado por externos de renombre y experiencia que sirva de soporte y consejo para la toma de decisiones, evaluación de los resultados de las empresas, revisar el rumbo y las estrategias de las mismas y dosificar los recursos de los negocios en el cual puedan participar sus hijos en un proceso de aprender a ser accionistas y emprendedores.
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