lunes, 26 de septiembre de 2011

31. [Administración] Transparencia, equidad y confianza


31. Transparencia, equidad y confianza
Todo inició con un negocio entre hermanos que aportaron capital para la compra de equipo. En los primeros años de operación, el negocio sólo dejaba para cubrir los gastos y pocas veces había reparto de utilidades a los socios. Posteriormente, cuando los tiempos fueron mejores, los socios decidieron capitalizar las utilidades ya que no requerían el flujo del negocio. Tenían otras entradas y lo que deseaban era consolidar un negocio para la segunda generación.
Entra la segunda generación en acción con sobrinos que tuvieron la oportunidad de terminar carrera profesional y con muchas ganas de hacer crecer los negocios que fundaron sus padres.
Con buenos cimientos, la construcción es más fuerte. Los negocios marcharon bien, reportando buenos resultados y repartiendo dividendos a los socios. Todos (tíos y sobrinos), estaban satisfechos y las relaciones familiares eran bastante aceptables.
Con el paso del tiempo, uno de los sobrinos consigue, a través de sus contactos, más negocios, siendo necesario constituir nuevas empresas en México y en el extranjero con la misma participación accionaria de la primera empresa. Ningún accionista se quejaba, ya que recibía buenos repartos de dividendos y veían cómo crecía la empresa, con más personal y equipo.
No fue hasta el día que el sobrino, exitoso en los negocios, inició la construcción de su nueva casa y los demás accionistas se sorprendieron por las grandes sumas de dinero que se invirtieron en dicha casa. Algunos accionistas creían que los gastos de construcción fueron registrados en las empresas en donde eran socios y que no era justo. Otros accionistas pensaron que no habían sido parejos los repartos de dividendos y ordenaron practicar una auditoria especial para asegurarse de que no había malos manejos.
Lo que no había sido parejo fue el no invitar a sus socios a los otros negocios que estaban siendo muy rentables, lo cual quebró la confianza y la equidad que debería haber entre ellos.
Los signos externos de riqueza del sobrino exitoso echaron luz sobre una situación que, de otra manera, no habría sido detectada en mucho tiempo, lo cual solo habría diferido el mismo resultado.
Era un problema familiar que desgraciadamente no pudieron superar los accionistas y se vieron en la imperiosa necesidad de separarse de los negocios y lastimar los lazos de familia, comprándose sus participaciones accionarias a un valor de mercado con la ayuda de un profesional que intervino en esta negociación.
El sobrino exitoso se quedó solo e invitó a otros accionistas no familiares a formar un grupo más fuerte que el que tenía con su familia. Precisamente él era el hombre clave que, con su talento, hacía crecer los negocios, era el emprendedor que todo negocio requiere para sobresalir.
Resumen
Para que una sociedad de accionistas funcione, se requiere muy buena calidad de comunicación entre ellos, con transparencia en todos los aspectos del negocio, conservar siempre la equidad del reparto de las utilidades y oportunidades y ganarse, por todo ello, la confianza de todos los accionistas.

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