lunes, 19 de septiembre de 2011

30. [Administración] Acciones de la empresa, buen mecanismo de compensación


30. Acciones de la empresa, buen mecanismo de compensación
Algunas empresas, por lo regular transnacionales, tienen planes formales para el otorgamiento, a sus principales funcionarios, de acciones de la compañía americana (casa matriz), que por lo regular cotizan en Bolsa de Valores.
Esto es común en los Estados Unidos y muy pocas empresas en México tienen esta práctica. Esto obedece a que tenemos diferentes culturas y, generalmente, se le da poca oportunidad al trabajador de que se convierta en accionista de la empresa para la cual labora y a la cual se siente orgulloso de pertenecer.
Realmente son pocas las empresas familiares en México que han ofrecido este tipo de prestaciones a sus funcionarios de primer nivel.
Por lo regular, cuando existe este estímulo al finalizar el ciclo de trabajo del funcionario en la empresa, debe vender las acciones de referencia a los miembros de la familia, que son los accionistas mayoritarios de la empresa.
En cierta ocasión, revisando los estados financieros de una empresa familiar, pude observar que los mismos se habían preparado para efectos de reparto de dividendos entre los accionistas de la familia y de algunos funcionarios de la empresa, ya que el fundador de la empresa acordó en su momento, a un grupo de trabajadores de confianza, que les entregaría un porcentaje de las utilidades de cada año, con independencia y adicionalmente al reparto de utilidades a los trabajadores que establece la Ley Federal del Trabajo.
Los estados financieros de referencia contenían ajustes importantes para reflejar los resultados del negocio lo más aproximado a lo real. Por ejemplo, reclasificaban al activo fijo partidas que se habían registrado en resultados y eliminaban ciertos gastos extraordinarios.
Con base en el resultado teórico, se procedía al reparto de dividendos a la familia y a ciertos trabajadores de confianza.
Lo mejor del caso que nos ocupa fue que todo existió a base de confianza. Es decir, nunca se elaboró título de acción alguno, pero les llamaban “acciones de trabajo”. Sabían los empleados que nunca serían accionistas formales de la empresa; pero, de esta manera, una parte del incremento del valor de la empresa les correspondía por sus esfuerzos y que tendrían la oportunidad de “vender” su participación teórica cuando finalizaran sus días de trabajo en la empresa.
Fueron pocos los trabajadores agraciados con dicho reparto de “dividendos” –legalmente les llamaremos premios –y existía un reglamento interior que cuidaba los repartos y la forma en como se determinaban y documentaban las participaciones y los pagos.
Qué visión tuvo el fundador. Con este procedimiento, pudo conservar por mucho tiempo a los hombres clave de su negocio, remunerándolos con partidas extraordinarias derivadas de las acciones de su trabajo.
Resumen
Un empresario implantó una metodología para determinar el valor de las “acciones” de la empresa asignadas a sus funcionarios; era un acuerdo sólo de palabra y basado en la confianza. Sin embargo, los empleados sabrían qué importe recibirían por sus esfuerzos cuando finalizaran sus días de trabajo en la empresa.

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