26. Anonimato en la compra de inmuebles
En sus inicios, el inversionista adquirió propiedades y, para efectos legales, las escrituró a su nombre y, en ocasiones, a nombre de su cónyuge. Le gustaba invertir en proyectos inmobiliarios patrimoniales, comprar el terreno, construir casas habitación u oficinas y rentarlas; casi nunca las vendía.
Conforme fueron pasando los años, el inversionista de bienes raíces fue creciendo en propiedades. Sus asesores le recomendaron que, por cuestiones de seguridad y de repartos patrimoniales futuros, ya no comprara inmuebles a su nombre sino que utilizara empresas inmobiliarias.
Hubo algunas oportunidades de compra de terrenos que colindaban con sus propiedades y utilizó alguna de sus empresas inmobiliarias para la adquisición de dichos terrenos, obteniendo ventajas en el precio de compra de los inmuebles.
También utilizó, como vehículo para comprar inmuebles estratégicos, la figura de mandato sin representación, obteniendo importantes beneficios económicos ya que el vendedor de dichos inmuebles hubiera incrementado el precio de venta de los inmuebles al saber que el comprador es un vecino o una empresa importante.
En otras ocasiones, utilizó a un fideicomiso de administración para la compra de inmuebles. Nunca apareció el nombre del inversionista en la escritura pública de compra del inmueble.
Hubo procesos de reestructuración inmobiliaria en el grupo de empresas propiedad del inversionista y la mayoría de los inmuebles que tenía a su nombre, fueron transmitidos a empresas inmobiliarias con el costo impositivo correspondiente.
El inversionista estaba convencido de que era preferible conservar el anonimato por cuestiones de seguridad y declarar las rentas por medio de las empresas inmobiliarias, obteniendo flujos de efectivo a través de los dividendos recibidos de dichas empresas.
El inversionista tenía por costumbre revisar anualmente su testamento, en donde incluía legados a sus descendientes de acciones de empresas inmobiliarias principalmente.
Al terminar el proceso, fueron mínimas las propiedades que quedaron a nombre del inversionista y de su cónyuge en el Registro Público de la Propiedad. Se cumplió con el objetivo que le recomendaron sus asesores patrimoniales.
Resumen
Para conservar el anonimato por cuestiones de seguridad y para facilitar repartos patrimoniales futuros, es conveniente comprar inmuebles utilizando una empresa inmobiliaria, la figura de mandato sin representación o un fideicomiso de administración para la compra de inmuebles.
En el testamento conviene incluir legados a sus descendientes de propiedades o de acciones de sus empresas inmobiliarias.
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