lunes, 11 de julio de 2011

20. [Accionista] Participación accionaria por igual


20. Participación accionaria por igual
Es frecuente escuchar a dos socios o dos hermanos que inician la aventura de asociarse en un negocio decir: “vamos a mitades en las utilidades”.
El reparto al cincuenta por ciento de las utilidades, por supuesto cuando las haya, no significa desventajas para los accionistas sino todo lo contrario, muestra que existe equidad y justicia en dicho reparto y, cuando las relaciones entre socios son buenas y con el ingrediente de flujo de efectivo positivo en la empresa, seguramente no habrá problemas entre ellos. Algunos socios deciden capitalizar un porcentaje importante de las utilidades, digamos un 70% y el 30% restante se lo distribuyen vía dividendos.
Si el reparto de utilidades de la empresa en que son accionistas proviene de la cuenta de utilidad fiscal neta, no causará nuevamente impuestos y son libres de impuestos para los accionistas que las reciben. Este es el escenario perfecto: liquidez para los socios sin afectar el capital de trabajo de la empresa.
El problema regularmente ocurre cuando los accionistas no se ponen de acuerdo en algo de la empresa, como por ejemplo compra de activos fijos no indispensables para la empresa, nuevos proyectos, remuneraciones extraordinarias para funcionarios, incluyendo familiares, política de dividendos en la empresa, monto de endeudamiento, etcétera.
Cuando no se ponen de acuerdo las partes, conviene nombrar a personas externas (mediadores) para que vengan a solucionar el conflicto antes de que sea negocio para los abogados.
Con el propósito de evitar caer en conflictos futuros, se puede definir en los estatutos sociales de la empresa que existan cuatro accionistas en la empresa en vez de dos al 50% cada uno. Así las cosas, los accionistas fundadores tendrían el 49% cada uno y el resto, o sea, el 2%, pudiera estar en manos de un fideicomiso en administración o bien en dos accionistas que fueran de todas las confianzas de cada uno de los accionistas.
Cuando las cosas se ponen difíciles y los accionistas fundadores no encuentran soluciones, se solicitan consejos de terceros, cuya capacidad esté probada en los negocios y tengan la reputación de ser buenos empresarios y/o profesionales.
Hemos observado situaciones por demás difíciles en las empresas que no pueden ser resueltas por los accionistas fundadores y, entonces, entran en acción los accionistas minoritarios que poseen el 2% de las acciones y son precisamente ellos quienes suelen encontrar las soluciones para salir del problema. Se sentarán a la mesa y discutirán sensatamente el problema con ganas de resolverlo y libres de los prejuicios o de las voluntades caprichosas de los socios mayoritarios.
Diseñar una estructura corporativa correcta es indispensable para la buena marcha de los negocios, incluyendo las participaciones accionarias y, en este apartado, valdría la pena que cuando pudiese llegar a empate en votos la existencia de un consejero profesional, quizá con un mínimo porcentaje de acciones, pueda manejar bien la balanza para que los problemas de la empresa sean resueltos en su momento sin tener que acudir con abogados que seguramente sangrarán de manera significativa a la empresa.
Resumen
Si la participación accionaria es de dos socios al cincuenta por ciento, puede darse el caso de empate y paralización, de no coincidir ambos en algún tema.
Conviene acuerden en estatutos: cuándo y cuánto repartir de las utilidades y cuánto capitalizar para darles liquidez a los socios sin afectar el capital de trabajo de la empresa. Cómo resolver situaciones cuando no se pongan de acuerdo en algo de la empresa, pueden plasmar: a) Se soliciten consejos de terceros cuya capacidad esté probada en los negocios y tengan la reputación de ser buenos empresarios y/o profesionales. b) Nombrar a una persona externa como mediador para que venga a solucionar el conflicto.

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