lunes, 14 de marzo de 2011

4. [Familia] No deseo tener de socios a mis hermanos




4. No deseo tener de socios a mis hermanos
El empresario de la tercera edad estaba muy contento y orgulloso de tener trabajando en sus empresas a sus hijos.
Sus hijos laboraban en los diferentes negocios familiares que el padre había iniciado. Todos estaban aparentemente conformes con lo que ganaban (sueldos medios y el pago de las colegiaturas de sus hijos) y cuando requerían flujo adicional para imprevistos, simple-mente se lo pedían de buena forma a su padre. La canasta la tenían muy baja y su autoestima rayaba en la mediocridad. Aunque el empresario se daba perfectamente cuenta de la situación, prefería mantenerse al margen no aceptando su error.
Uno de sus hijos, con especialidad en finanzas, le operó diversos proyectos que fueron muy productivos, comprando y vendiendo acciones en Bolsa y llegó a convertirse en la mano derecha del empresario, otorgándole el padre todo tipo de poderes que se requieren para el manejo de las finanzas, inclusive era cotitular en ciertos contratos de inversión.
El empresario no tenía muy clara la diferencia abismal que existe entre ser cotitular y ser beneficiario con poderes de administración.
Los demás hijos veían con celo al hermano financiero y empezaron a surgir problemas de envidias, que son comunes en toda familia. La situación se fue agravando hasta que explotó.
El financiero comentaba al padre:
– NO DESEO TENER DE SOCIOS A MIS HERMANOS, me han hecho la vida difícil y sólo deseo verlos muy de vez en cuando y no platicar de negocios con ellos.
Al padre le externó:
– Requiero un préstamo de tu parte o bien un reparto anticipado de los legados que has puesto en tu testamento a mi favor para materializarlos y convertirlos en flujo de efectivo y establecer la compañía que siempre he soñado y sin mis hermanos.
El empresario ya se había preparado para llevar a cabo un reparto patrimonial previo y el grueso de su patrimonio lo manejaría a través de un fideicomiso. Por ahora, tenía una decisión muy importante que tomar: dejar volar a su hijo financiero, preparar a otro hijo, contratar a un externo profesional, o bien, convencerlo de que continuara ayudándolo en los negocios de tiempo completo con una remuneración superior a los demás hijos.
En el momento de la toma de decisiones, uno de los hijos fallece en un accidente y las cosas cambian radicalmente. El empresario decide repartir en vida una parte importante de sus negocios a sus hijos, incluyendo efectivo para que cada uno pudiera emprender negocios en lo individual.
Este cambio ayudó sin duda en la mentalidad de los hermanos ya que el padre, que siempre quiso tenerlos bajo su control, les abrió la reja de la “jaula” para volar libremente y realizar sus sueños. Esto se pudo hacer debido a que se repartió gran parte de las ganancias obtenidas de las inversiones en Bolsa y en inmuebles.
Son muy importantes los tiempos en que los hijos inician su vida laboral, pero más importante es que trabajen en lo que les gusta hacer. “Zapatero a tus zapatos”.
Resumen  
Algunas de las cuestiones que el patriarca debe definir son:
·      ¿Deben los hijos trabajar en otras empresas que no sean de la familia?
·      ¿Cómo elevar la autoestima de los hijos si nunca se calaron en negocios ajenos a la familia?
·      ¿Conviene obligarlos a trabajar en el negocio de la familia?
·      ¿Conviene tener a un administrador profesional externo?
·      ¿Conviene que los hermanos sean socios en todos los negocios?
·      ¿Qué tipo de poderes se deben dar a los hijos como funcionarios?
·      ¿Cómo se deben definir los cotitulares, administradores y beneficiarios?
·      ¿Conviene repartir en vida?
El padre, que siempre quiso tenerlos bajo su control, les debe abrir la reja de “la jaula de oro” para dejarlos volar libremente.
El problema es: ¿Se atreverían los hijos a salir de la jaula y volar solos?

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