6. Un Fideicomiso testamentario sería una posible solución
Dos hermanos empresarios, que aún no llegan a la tercera edad, platicaban entre ellos sobre la problemática que resultaría en sus negocios en caso de que alguno falleciera en un accidente aéreo. De acuerdo con las probabilidades y estadísticas que se tienen, es difícil que suceda, pero deseaban tomar providencias.
Los empresarios tenían negocios diferentes y sus respectivas cónyuges estaban involucradas en la operación de los mismos.
Lo primero que se les vino a la mente fue que, en su testamento (universal en este caso, todo va al cónyuge y, si falta ésta, sería proporcional entre los hijos), nombraría cada quien a su hermano como Albacea y éste manejaría la empresa hasta encontrar a un director general que pudiera llevar por buen camino a la empresa. Cabe mencionar que los hijos de los empresarios aún no laboran en las empresas, están en la escuela.
¿Pero qué pasaría con el control de las acciones de la empresa? Serían los hijos los dueños vía testamento y, hasta que cumplan la mayoría de edad, serían administradas por el albacea. Entonces la cosa se complica, ya que el hermano tendría mucho compromiso de atender sus negocios y también los negocios de su hermano difunto y dar cuenta a los hijos de su hermano cuando les entregase el control.
Un fideicomiso testamentario sería una posible solución al problema que nos ocupa, ya que dicho fideicomiso tiene la finalidad de asegurar la correcta administración de la tenencia accionaria de las empresas, pudiendo establecer reglas de sucesión, venta, administración y control familiar sobre las acciones.
Lo relevante es que en el fideicomiso testamentario se incluye la figura del Comité Técnico, equivalente a las actividades y roles de un Consejo de Administración en una empresa. Con esta figura se logra que se cumplan los deseos de los empresarios, compartiendo con otras personas del Comité Técnico la responsabilidad de dirigir las empresas sin recaer en una sola persona, como inicialmente se tenía contemplado.
Existen dos alternativas posibles: El fideicomiso lo hace en vida y experimenta cómo funciona, o bien, lo deja como legado en el testamento, solicitando al albacea que lo constituya en la fecha de fallecimiento del empresario.
Hay ventajas y desventajas en ambas alternativas, incluyendo los costos del fideicomiso, que será necesario evaluar antes de tomar una decisión.
Ambos empresarios tendrán ahora la tarea de revisar sus testamentos, incorporando, en su caso, la figura de legados cuando se trata de ciertos inmuebles que se desea heredar, así como la cláusula de la constitución de un fideicomiso testamentario tratándose de las acciones de los negocios.
Resumen
Las opciones para administrar la empresa y controlar las acciones de la misma en el caso del fallecimiento de ambos padres cuando los hijos son menores de edad son:
1.- Constituir un fideicomiso en vida y ver cómo funciona.
2.- En su testamento:
A) Dejando que el albacea maneje la empresa hasta encontrar a un director general.
B) Solicitando al albacea la constitución de un fideicomiso testamentario, compartiendo con el Comité Técnico la responsabilidad de dirigir las empresa.