lunes, 28 de marzo de 2011

6. [Familia] Un Fideicomiso testamentario sería una posible solución

6. Un Fideicomiso testamentario sería una posible solución
Dos hermanos empresarios, que aún no llegan a la tercera edad, platicaban entre ellos sobre la problemática que resultaría en sus negocios en caso de que alguno falleciera en un accidente aéreo. De acuerdo con las probabilidades y estadísticas que se tienen, es difícil que suceda, pero deseaban tomar providencias.
Los empresarios tenían negocios diferentes y sus respectivas cónyuges estaban involucradas en la operación de los mismos.
Lo primero que se les vino a la mente fue que, en su testamento (universal en este caso, todo va al cónyuge y, si falta ésta, sería proporcional entre los hijos), nombraría cada quien a su hermano como Albacea y éste manejaría la empresa hasta encontrar a un director general que pudiera llevar por buen camino a la empresa. Cabe mencionar que los hijos de los empresarios aún no laboran en las empresas, están en la escuela.
¿Pero qué pasaría con el control de las acciones de la empresa? Serían los hijos los dueños vía testamento y, hasta que cumplan la mayoría de edad, serían administradas por el albacea. Entonces la cosa se complica, ya que el hermano tendría mucho compromiso de atender sus negocios y también los negocios de su hermano difunto y dar cuenta a los hijos de su hermano cuando les entregase el control.
Un fideicomiso testamentario sería una posible solución al problema que nos ocupa, ya que dicho fideicomiso tiene la finalidad de asegurar la correcta administración de la tenencia accionaria de las empresas, pudiendo establecer reglas de sucesión, venta, administración y control familiar sobre las acciones.
Lo relevante es que en el fideicomiso testamentario se incluye la figura del Comité Técnico, equivalente a las actividades y roles de un Consejo de Administración en una empresa. Con esta figura se logra que se cumplan los deseos de los empresarios, compartiendo con otras personas del Comité Técnico la responsabilidad de dirigir las empresas sin recaer en una sola persona, como inicialmente se tenía contemplado.
Existen dos alternativas posibles: El fideicomiso lo hace en vida y experimenta cómo funciona, o bien, lo deja como legado en el testamento, solicitando al albacea que lo constituya en la fecha de fallecimiento del empresario.
Hay ventajas y desventajas en ambas alternativas, incluyendo los costos del fideicomiso, que será necesario evaluar antes de tomar una decisión.
Ambos empresarios tendrán ahora la tarea de revisar sus testamentos, incorporando, en su caso, la figura de legados cuando se trata de ciertos inmuebles que se desea heredar, así como la cláusula de la constitución de un fideicomiso testamentario tratándose de las acciones de los negocios.
Resumen
Las opciones para administrar la empresa y controlar las acciones de la misma en el caso del fallecimiento de ambos padres cuando los hijos son menores de edad son:
1.- Constituir un fideicomiso en vida y ver cómo funciona.
2.- En su testamento:
A)  Dejando que el albacea maneje la empresa hasta encontrar a un director general.
B)  Solicitando al albacea la constitución de un fideicomiso testamentario, compartiendo con el Comité Técnico la responsabilidad de dirigir las empresa.

lunes, 21 de marzo de 2011

5. [Familia] Conveniencia de hacer legados en su testamento

5. Conveniencia de hacer legados en su testamento
Una señora viuda que tiene varios hijos e hijas tiene el deseo de revisar su testamento y hacer ciertas modificaciones para que, al momento de su fallecimiento, sus hijos puedan heredar los bienes muebles e inmuebles sin que existan pleitos entre ellos al momento de la distribución.
Partimos de un inventario de acciones de empresas y la decisión fue que se transmitirían a todos sus hijos en partes iguales. El problema que se presenta es llevar a cabo una adecuada distribución de los inmuebles, considerando que algunos hijos vivían en casas que son propiedad de la viuda y había también ciertos locales comerciales que producen rentas, que alguno de sus hijos le solicitaba que se los vendiera en vida, pero con un descuento importante para no tener problemas en un futuro con sus hermanos.
Ella tenía muy claro que el reparto de sus bienes sería a través de su testamento al momento de su fallecimiento. No deseaba repartir en vida ninguna propiedad ni acciones de empresas, ya que así se lo había recomendado su marido. Además, tenía precedentes negativos en su familia de repartos parciales en vida.
Se revisó y evaluó la figura del usufructo de inmuebles, dejando la nuda propiedad a sus hijos y el usufructo para la madre. A través de este mecanismo, se lograría parte del objetivo: distribuir al menos ciertos inmuebles y, al ocurrir el fallecimiento, en forma automática los nudos propietarios se convertían en dueños de los inmuebles al consolidarse la propiedad. Este mecanismo es de gran utilidad para el reparto de inmuebles. En el caso que nos ocupa, no fue utilizado, por lo que se menciona en el párrafo siguiente.
Una gran interrogante le surgió: ¿Convendrá que mis hijos se enteren de mis deseos en materia de reparto de bienes inmuebles en este momento? Se revisaron argumentos sólidos a favor y en contra, llegando a la conclusión de que era preferible mantener de manera confidencial el eventual reparto, siendo nuestra recomendación: Por el momento lo que le conviene es hacer legados en su testamento para distribuir ciertos bienes inmuebles a sus hijos.
Un legado es el vehículo ideal para heredar a un hijo una determinada propiedad. Es importante revisar el contenido de los testamentos, que en su mayoría se hacen pero de manera universal entre los cónyuges o, en ausencia de éste, a los hijos en partes iguales sin tomar en cuenta una asignación específica para los hijos.
Conviene tener un inventario de bienes muebles e inmuebles y valuarlo periódicamente (mínimo una vez al año) para estar en condiciones de conocer y distribuir dicho patrimonio entre los hijos a través de legados cuando así sea el caso, como el que nos ocupa.
Resumen
Para heredar se puede:
A) Utilizar la figura del usufructo de inmuebles. Este mecanismo es de gran utilidad para el reparto de inmuebles, dejando la nuda propiedad a sus hijos y el usufructo para el progenitor. Y, al ocurrir el fallecimiento, en forma automática los nudos propietarios se convertirán en dueños de los inmuebles al consolidarse la propiedad.
B) Establecer legados en su testamento para distribuir ciertos bienes inmuebles a sus hijos.
Un legado es el vehículo ideal para heredar a un hijo una determinada propiedad.
Es importante revisar cada año el contenido de los testamentos y hacer las adecuaciones para heredar los bienes muebles e inmuebles.

lunes, 14 de marzo de 2011

4. [Familia] No deseo tener de socios a mis hermanos




4. No deseo tener de socios a mis hermanos
El empresario de la tercera edad estaba muy contento y orgulloso de tener trabajando en sus empresas a sus hijos.
Sus hijos laboraban en los diferentes negocios familiares que el padre había iniciado. Todos estaban aparentemente conformes con lo que ganaban (sueldos medios y el pago de las colegiaturas de sus hijos) y cuando requerían flujo adicional para imprevistos, simple-mente se lo pedían de buena forma a su padre. La canasta la tenían muy baja y su autoestima rayaba en la mediocridad. Aunque el empresario se daba perfectamente cuenta de la situación, prefería mantenerse al margen no aceptando su error.
Uno de sus hijos, con especialidad en finanzas, le operó diversos proyectos que fueron muy productivos, comprando y vendiendo acciones en Bolsa y llegó a convertirse en la mano derecha del empresario, otorgándole el padre todo tipo de poderes que se requieren para el manejo de las finanzas, inclusive era cotitular en ciertos contratos de inversión.
El empresario no tenía muy clara la diferencia abismal que existe entre ser cotitular y ser beneficiario con poderes de administración.
Los demás hijos veían con celo al hermano financiero y empezaron a surgir problemas de envidias, que son comunes en toda familia. La situación se fue agravando hasta que explotó.
El financiero comentaba al padre:
– NO DESEO TENER DE SOCIOS A MIS HERMANOS, me han hecho la vida difícil y sólo deseo verlos muy de vez en cuando y no platicar de negocios con ellos.
Al padre le externó:
– Requiero un préstamo de tu parte o bien un reparto anticipado de los legados que has puesto en tu testamento a mi favor para materializarlos y convertirlos en flujo de efectivo y establecer la compañía que siempre he soñado y sin mis hermanos.
El empresario ya se había preparado para llevar a cabo un reparto patrimonial previo y el grueso de su patrimonio lo manejaría a través de un fideicomiso. Por ahora, tenía una decisión muy importante que tomar: dejar volar a su hijo financiero, preparar a otro hijo, contratar a un externo profesional, o bien, convencerlo de que continuara ayudándolo en los negocios de tiempo completo con una remuneración superior a los demás hijos.
En el momento de la toma de decisiones, uno de los hijos fallece en un accidente y las cosas cambian radicalmente. El empresario decide repartir en vida una parte importante de sus negocios a sus hijos, incluyendo efectivo para que cada uno pudiera emprender negocios en lo individual.
Este cambio ayudó sin duda en la mentalidad de los hermanos ya que el padre, que siempre quiso tenerlos bajo su control, les abrió la reja de la “jaula” para volar libremente y realizar sus sueños. Esto se pudo hacer debido a que se repartió gran parte de las ganancias obtenidas de las inversiones en Bolsa y en inmuebles.
Son muy importantes los tiempos en que los hijos inician su vida laboral, pero más importante es que trabajen en lo que les gusta hacer. “Zapatero a tus zapatos”.
Resumen  
Algunas de las cuestiones que el patriarca debe definir son:
·      ¿Deben los hijos trabajar en otras empresas que no sean de la familia?
·      ¿Cómo elevar la autoestima de los hijos si nunca se calaron en negocios ajenos a la familia?
·      ¿Conviene obligarlos a trabajar en el negocio de la familia?
·      ¿Conviene tener a un administrador profesional externo?
·      ¿Conviene que los hermanos sean socios en todos los negocios?
·      ¿Qué tipo de poderes se deben dar a los hijos como funcionarios?
·      ¿Cómo se deben definir los cotitulares, administradores y beneficiarios?
·      ¿Conviene repartir en vida?
El padre, que siempre quiso tenerlos bajo su control, les debe abrir la reja de “la jaula de oro” para dejarlos volar libremente.
El problema es: ¿Se atreverían los hijos a salir de la jaula y volar solos?

lunes, 7 de marzo de 2011

3. [Familia] No tengo la culpa de ser el “benjamín” de la familia




3. No tengo la culpa de ser el “benjamín” de la familia
Una familia emprendedora enfrenta una difícil situación en materia de sucesión de liderazgo por el fallecimiento del padre que murió intestado.








El padre fue muy trabajador y exitoso en los negocios. A temprana edad se independizó y estableció un importante negocio comercial. Por cuestiones de formación y necesidad, obligó a sus primeros hijos a trabajar en el negocio cuando eran adolescentes y no insistió en su Educación Superior; en total fueron ocho hijos. Sólo el último de sus hijos obtuvo un título profesional.
El hijo menor y más preparado, el que tuvo la oportunidad de estudiar carrera profesional y maestría en el extranjero, responde a sus hermanos: “No tengo la culpa de ser el “benjamín” de la familia y haber tenido la oportunidad de prepararme mejor que ustedes para dirigir al grupo de empresas que nos deja nuestro padre”.
La madre, que nunca tuvo conocimiento de los negocios de su marido, está muy confundida y siente mucha presión por parte de sus hijos. Algunos opinan que deben venderse los negocios y hacer una distribución en partes iguales. Como en toda familia, existen grupos de hermanos afines. En el caso que nos ocupa había tres bandos: los hermanos mayores, las hermanas y el “benjamín” de la familia.
Ante tal situación, se hizo un ejercicio teórico de reparto de negocios y de inmuebles entre los miembros de la familia. El padre, conforme iban naciendo los hijos, compraba propiedades a sus nombres y los hacía accionistas en diferentes negocios. Deberán imaginarse lo problemático del caso ya que, legalmente, ciertas propiedades y negocios ya les correspondía sólo a parte de los hermanos, razón por la cual no se podían distribuir entre todos los miembros de la familia, como seguramente hubiera deseado el padre.
El hermano mayor comentaba:
Desde muy pequeño mi padre me obligó a trabajar y no tuve estudios profesionales, como mi hermano el menor. Rara vez salí de vacaciones y mis hijos fueron educados en escuelas públicas. Ahora la situación es distinta ya que, afortunadamente, van bien los negocios y siento que nos corresponde mayor participación porque nosotros fuimos los que los hicimos crecer, junto con nuestro padre. No es justo que el hermano menor tenga la misma participación en los negocios que nosotros.
En reunión de hermanos, acordaron nombrar a un tercero que no lo conociera nadie de la familia y que, por lo tanto, podría esperarse que fuese más objetivo y expresara una opinión profesional sobre las alternativas para distribuir el patrimonio entre los miembros de la familia.
Como punto de partida y para conocer el total del patrimonio, independiente de quién aparecía como dueño de inmuebles o accionista en las empresas, se valuaron los negocios y se solicitaron avalúos de los inmuebles.
Afortunadamente, después de muchas negociaciones, aceptaron repartos parciales, no totales, y el “benjamín” de los hermanos los convenció que él dirigiera los negocios y que haría su mejor esfuerzo en llevarlos por buen rumbo y les entregaría dividendos suficientes para vivir decorosamente. En resumen, los convenció que su trato con ellos sería en calidad de accionistas y no como empleados.
El “benjamín” de la familia tenía un estilo de vida diferente al de sus hermanos y, a pesar de no tener experiencias laborarles como ellos, tenía preparación profesional con conocimientos computacionales sólidos y de actualidad y el dominio de otros idiomas, que lo hacían diferente. No era arrogante y lo único que sabía es que ahora le tocaba el turno de trabajar para la familia, pero con una administración profesional y acorde a las necesidades actuales de los negocios.
Resumen
Un problema mayor es no dejar “dicho”, el patriarca, cómo querría repartir su patrimonio.
Comprar propiedades a nombre de los hijos representa problemas al momento de la repartición entre los miembros de la familia, razón por la cual ya no es fácil distribuir la herencia en partes iguales entre todos los miembros de la familia, como generalmente lo desea el padre.
No hay duda de que los padres quieren igual a todos sus hijos y quieren ser justos con ellos.
¿Quién debe dirigir la empresa? ¿El hijo mayor, el más capacitado o un externo?
¿Deben recibir todos la herencia en partes iguales? ¿O deben recompensarse los esfuerzos y trabajo de los mayores que laboraron e hicieron crecer el negocio?
Calificar si se recibe lo “justo”, siempre está en los ojos de quien lo recibe y nunca en las manos de quien lo da.
Usted debe definir con tiempo quién debe sucederlo y dejar legalmente establecido cómo quiere distribuir su patrimonio.